Tarta de manzanas
Tarta de manzanas
(No es necesario que sean “reinetas”, lo importante es que no las compres demasiado maduras, que es cuando tienen un mascar harinoso).
1/2 vaso de azúcar
Dos pedazos de mantequilla, más o menos de un dedo de grosor
(el dedo ha de ser de tamaño normal, el mío por ejemplo no sirve)
Una lámina de hojaldre congelado
Un molde de hornear de usar y tirar
(los venden en el supermercado y en tiendas de todo a cero coma sesenta céntimos de euro. Van en paquetes de cinco o diez unidades, los que sobren los guardas)
Un limón
Una cucharita de canela molida
Preparación
Pon a calentar el horno a 180º.
Pela las manzanas, extráeles el corazón y córtalas por la mitad. Corta las manzanas en láminas de medio centímetro de grosor. Exprime sobre ellas el limón.
Unta bien el molde con un pedazo de mantequilla que estará blanda si la hubieras dejado un rato a temperatura ambiente. Espolvoréalo de azúcar.
Sitúa las rodajitas de manzana en orden sobre el fondo del molde, vuelve a espolvorear azúcar sobre ella y también un poquito de canela molida.
Parte en trocitos pequeños la mantequilla restante y la repartes por todas partes.
Previamente habrás marcado el perímetro del fondo del molde para hornear sobre la pasta congelada del hojaldre, recorta el tamaño exacto teniendo en cuenta que ya has puesto la manzana y su perímetro no coincidirá con la base. Tapa con el hojaldre y al horno hasta que el hojaldre esté cocinado. Sí, la tarta la cueces al revés y así permites que las finas hojas del hojaldre se eleven todas sin quedar ningún resto de masa apelmazada.
Cuando compruebes que han subido todas las capas del hojaldre, lo sacas y dejas que repose antes de desprenderlo con un cuchillo de fino filo y darle la vuelta sobre el plato o fuente donde lo vayas a servir.
A este postre le va mucho un buen helado de hispano de mantecado y en su defecto lo comprarás de vainilla.