La única complejidad que pudiera tener es subir las claras de huevo para hacer el merengue. No es complicado, puesto que todas las batidoras domésticas tienen el utensilio y la explicación sencillita para hacerlo. Cascar los huevos y separar las yemas de la clara sin que se rompan. Meter las claras en el envase de la batidora y darle hasta que vayan subiendo, espolvorear algo de azúcar en la última fase (esto hace que tome más cuerpo y se endurezca). Si no hay ganas, ve a la pastelería y compre un par de merengues.

Partir las naranjas por la mitad y vaciarlas de su pulpa si romper la cáscara. Rellenar las mitades vacías de helado de naranja. Montar sobre el helado una montañita de merengue y espolvorearle algo de azúcar. Poco antes de servir, preparar el horno a 200º y meter el postre unos minutos, el merengue quedará doradito, servirlo al instante. Si te sale bien, recibirás grandes loas y requiebros.