En una sartén amplia fríe en el aceite todos los ingredientes por este orden: carnes, botifarrones, cabeza de ajos entera (rebánales la parte superior sin que se suelten, patata a rodajas, pimentón, las dos mitades del tomate y los garbanzos.

Prepara la cazuela de barro y enciende el horno (ha de cocer a unos 180º ).

Mete todo lo de la sartén una vez esté dorado y le añades el arroz, el agua y el colorante. Si te pasas de agua se fastidiará todo, para comprobarlo agita la cazuela sobre el banco, tienes que ver los ingredientes e incluso algunos garbanzos. En unos quince minutos al horno estará listo. Métele una cuchara a la cazuela y comprueba que los granos de arroz del fondo están cocidos, si no fuera así y estuviera ya sin caldo, remójalo todo con medio vaso de agua y lo vuelves a meter unos minutos. Si ves que ya está hecho, apaga el horno y deja su puerta abierta con la cazuela en el interior, gana mucho si lo dejas reposar.

…y como el arroz vino de oriente nos vamos a poner un poquito trascendentales, hablemos de nuestro interior y de lo metafísico.